La primera mano de aparejo, que se le ha de dàr, suele ser en dos maneras; la una, y mas antigue, es de gacha; esta se haze ociendo el agua, à proporcion de lo que es menester, y echandole espues su harina de trigo bien cernida por cedazo delgado, y bien despolovoreada fuera de el fuego, sin dexar de menearla, hasta que este como un caldo espeso; y algunos le echan despues un poco de miel, y un poco de azeyte de linaza, a discrecion (pero no azeyte de comer, porque es muy perjudicial à la pintura, y la haze tomarse) y luego se buelve à poner al fuego à lumbre mansa, meneandola hasta que vaya trabando, y tornando punto, fin que le queden gurullos;